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CARINYO HI HA UNA ESTRELLA DE ROCK A LA CUINA: DAVID BOWIE

Masayoshi Sukita , Heroes Contact Print (Piece No. 32), 1977. Copyright Masayoshi Sukita / The David Bowie Archive

Masayoshi Sukita , Heroes Contact Print (Piece No. 32), 1977. Copyright Masayoshi Sukita / The David Bowie Archive

Col·laboració al programa Millor Que Treballar de Ràdio Santa Perpètua 107.0 FM, emès el dilluns dia 11/01/2016 de 21:00 a 22:00. (2a temporada) Secció dedicada a David Bowie.

 

Per saber-ne més:

Ràdio. David Bowie. La madeja, Radio 3 RNE.

Ràdio. De David Jones a Ziggy Stardust. El Sótano, Radio 3 RNE.

Arxiu. David Bowie, BBC Music.

i una llista més en que s’inclou David Bowie.

El último símbolo de la arquitectura moderna

Shell Haus - Berlín - Diebuntekuh

La Shell Haus fue dibujada por Emil Fahrenkamp y construida en 1931 en Berlín. Al sur del gran parque del Tiergarten se alza este edificio con una silueta sinuosa que no da tregua a quien tiene una cámara encima.

 Shell Haus - Berlín - Diebuntekuh

Hoy, la Shell Haus es propiedad de una empresa de gas. El edificio nombre se debe a su antiguo propietario la petrolera Shell.

 La obra de Fahrenkamp se considera un símbolo arquitectónico de la República de Weimar que conecta con otros nombres de la arquitectura internacional de los años 20 y 30 como Walter Gropius o Mies van der Rohe.

Shell Haus - Berlín - Diebuntekuh

Castillos de Playmobil en Potsdammer Platz

La cúpula. Fuente: Aleix Graell

Al igual que el niño que destruye su construcción de piezas de Playmobil, Potsdamer Platz quedó arrasada después de la segunda Guerra Mundial. En el Berlín de los años prebélicos era un hervidero de personas que iban arriba y abajo, de noche y de día.  Hoy es algo diferente, un símbolo de la reunificación: luz, color y cristal.

En 1945 todo eran ruinas. La runa se amontonaba en todas partes como las piezas de Playmobil en la caja del niño. Con la ocupación aliada la plaza quedaba entre el sector soviético y el americano. La runa se fue y en 1961 un cableado de alambre y trampas anticarro, el primigenio muro, atravesaba el sitio.

En 1990 Potsdammer Platz era un (gran) terreno baldío. Berlín se ha ido construyendo a lo largo del siglo XX; desde el ensanche de principios de siglo, “El Gran Berlín”, hasta cerrar las cicatrices de la reunificación. Potsdamer Platz es un lugar de arquitectos.

Los berlineses no han recuperado del todo la plaza. Andar por allí recuerda Manhattan, todo es nuevo y alto. Destaca el Sony Center diseñado por el arquitecto Helmut Jahn. El complejo tiene ocho edificios y en medio un forum rematado de una espectacular cubierta de cristal y acero. Parece un panal de abejas: bares, restaurantes, una sala de cine IMAX, oficinas y el Filmmuseum Berlín, una muestra del cine en la ciudad des de los míticos estudios Babelsberg.

La plaza fue. El pintor alemán Ernst Kirchner la pintó en más de una ocasión. Señoras bien vestidas, pamelas, señores en trajes negros paseando, colores fuertes y pinceladas agresivas del expresionismo. La plaza fue en 1922 el primer lugar de Europa donde se instaló un semáforo.

Complejo Sony Center des del forum. Fuente: Aleix Graell

Una cerveza y cinco minutos más

Font: Aleix Graell

Prenzlauer Berg se ha hecho mayor. El barrio berlinés es hoy el hogar de jóvenes (padres) emprendedores que los sábados pasean por el mercado de Kollwitzplatz. Situado en el corazón del distrito atrae a yuppies en busca de vistosas flores, quesos, especias, productos ecológicos, artesanía, exquisitas wurst o una crepe de chocolate.

Parece todo dormido y el mercado en medio. Un tumulto de críos juega en el parque en medio de la plaza, y sus padres (emprendedores) miran los quesos griegos de un carromato de este mercado en la calle.

Sus calles de adoquines y pequeños pisos de cuatro plantas con multitud de ventanas paran el reloj del viajero. Aparentemente no pasa nada entre una Vespa primavera de color naranja, un restaurante japonés con un pez globo colgado en la puerta, una vieja fábrica de cerveza o el Prater, una cervecería al aire libre. Es el espacio y el momento para parar en la esquina siguiente y, como aquellas dos chicas, tomar una cerveza.

Lugar de la clase trabajadora a lo largo del siglo XX, y en franco deterioro en tiempos de la RDA, Prenzlauer Berg se llenó de artistas e intelectuales del Este. Con la caída del muro la bohemia del oeste se trasladó allí seducida por el ambiente y los bajos alquileres. Hoy se ha hecho mayor, los precios bajos se han esfumado junto con los pintores y está lleno de bares, comercios y restaurantes.

I’m lost in the supermarket

"I'm lost". (Font: Aleix Graell)

Caminar pel centre de Berlín és una activitat interessant. Al costat de l’estació de Hackescher Markt, si fa sol, s’hi apleguen cadires en terrasses plenes de gent prenent alguna cosa. A la paret de l’estació , de totxana vermella, quatre músics toquen a ritme de pop.

Els carrers són un moviment serpentí. Persones amunt i avall, i al mig, dos tramvies grocs es creuen. Les botigues rellueixen avui al barri jueu, al nord del riu Spree i a pocs metres de Taheles, l’olimp del moviment okupa.

Em paro a un d’aquets aparadors. Sembla un supermercat. Disposat a veure el preu del kilo de pomes em trobo amb una sorpresa. Es tracta d’una simple botiga de roba.

Glienicker Brücke, el bazar del espía

Font: Aleix Graell

El río Havel se interpone entre Potsdam y Berlín. Una estructura de hierro verde flota en el agua, hoy de un solo propietario. El Glienicker Brüke no tiene propietario, a su lado norte empieza el Berlín oeste, en su lado sur yace la imperial (y luego roja) Potsdam.

El puente, reconstruido por Alemania Oriental en la década de 1950, fue rebautizado en que lo que fue un arranque de humor negro como Brücke der Einheit (Puente de la Unidad). Entre 1962 y 1986 sirvió para el intercambio de agentes secretos entre americanos y soviéticos. El 10 de febrero de 1962 el piloto estadounidense Gary Powers se cruzaba con el agente del KGB Rudolf Abel. ¿Qué se dijeron?

Un rótulo recuerda que un día estuvo allí aquel telón de Churchill.  Hoy la hierba crece y ni rastro de los uniformes de los soldados que vigilaban el puente día y noche, ni de las torres de vigilancia, ni tan solo una bandera.

Prefacio; Berlín, Berlín

Una cosa me pinchó,- y es una metáfora – en mi paseo por las calles de Berlín fue la Fernsehturmla torre de televisión de Alexanderplatz. Orgullo de la desaparecida República Democrática de Alemania, se construyó de 1969 y consigue, gracias a sus 365 metros, proyectar una eterna sombra sobre la urbe, una sombra que se cuela en calles, plazas, cafés y restaurantes, hasta en el metro. Quizás en tiempos de la RDA fue un magnífico artilugio de propaganda de doble uso, pero hoy en el Berlín unificado es un símbolo más de lo que nunca fueron dos ciudades.  Lo que ha perdido de sentido original lo recobrado para mí o se lo he robado. Paradojas a parte, el hecho de que fuere donde fuere me encontraba con esa estructura me recordó que de pequeño tuve una ilusión; el periodismo. Comunicación visual, gestual de un mundo mágico que interpreté como quise, hoy más que nunca hay que dar voz.
Así pues, y por empujón académico, nace este espacio.
Al hombre que mira.
Para más información acerca de la Fernsehturm